Análisis Político
El año 2024 termina tal como comenzó el gobierno de quien actualmente preside el Perú; un proyecto político con un monigote a la cabeza y lobos disfrazados de corderos operando en las sombras. Una de las peores crisis políticas, que sumerge a muchas personas en el abandono y el olvido, mientras vuelven a creer en discursos falsos y baratos que nos condenan al atraso, perpetuando la impunidad y la injusticia en la que vivimos. Dina Boluarte ha sido la cara visible de un proyecto político diseñado por organizaciones criminales que operaron para su propio beneficio, robándole al Perú el sueño de un futuro mejor. Su gestión está marcada por numerosos cuestionamientos y, sobre todo, manchada de sangre, con el dolor y la pena de más de 50 víctimas ejecutadas extrajudicialmente. Hombres, mujeres y niños que ni siquiera formaban parte de las protestas fueron asesinados, y hoy el silencio y el olvido de este gobierno y del Congreso golpean cruelmente a las familias que aún lloran por ellos.
Les importó más el proyecto de cada político que hoy está al frente de un poder que traiciona a quienes en su momento los pusieron allí para representar su voz. Un Congreso que se lleva todos los premios por ser uno de los peores de la historia, descarado, corrupto y delincuente, donde los favores sexuales se pagaron con el dinero de los peruanos.
Un poder de justicia que no actuó con equidad ni veracidad en su momento, una fiscal de la Nación que no pudo sustentar la tesis de su vida, la justicia en medio de crímenes y corrupción, protegiendo a quienes violaban las leyes, todo por el afán de poder.
Se dejó de escuchar al pueblo peruano para que se escucharan y se apuñalaran entre ellos. El poder la avaricia los segó y los llevó a terminar con los sueños y esperanzas de muchos peruanos.
Se reprocha de todo a este gobierno y congreso; los poderes del Estado le fallaron a 33 millones de peruanos.
Un Congreso que, para protegerse de sus actos delictivos, aprobó más de 12 leyes a favor de las organizaciones criminales, protegiéndose y asegurándose de no ser juzgados. La corrupción y los lobbies estaban por doquier, y se perdió la oportunidad de generar un desarrollo político, bienestar y estabilidad para el país. No les importó la pobreza ni la desigualdad de las brechas sociales, que hoy parecen un sueño imposible de cerrar. Se beneficiaron como pudieron, vulnerando distintas normas y aprobando leyes inconstitucionales. Se coludieron para no dejar huellas, quebrando todo mecanismo de justicia y seguridad. Se blindaron con leyes hechas a medida, sin pensar en el bienestar colectivo, solo estamparon sus nombres y beneficios en cada ley que aprobaron, cubriéndose las espaldas unos a otros. La derecha, la izquierda y el centro se convirtieron en uno solo, se juntaron el hambre y la necesidad para hacer de las suyas. El descaro de congresistas incapaces, ineficientes y delincuentes les abrió las puertas a las organizaciones criminales, devolviéndoles los favores a las actividades ilícitas e ilegales que financiaron sus campañas y que los llevaron a representarlos. Muchos de ellos ingresaron para protegerse y se aseguraron de contar con un buen presupuesto, sin preocuparse por el hambre, la pobreza y la desigualdad que azotan al país. Mientras menos educación tenga el Perú, más corrupción y delincuencia habrá. Esto se refleja en los hechos de cada personaje político que ha estado a cargo de decisiones tan trascendentales, conduciéndonos hacia un vacío donde la falta de educación y salud se agrava, mientras la pobreza crece cada día más. Solo les interesó devolver favores, incluso a través de los impuestos tributarios, a sus amigos de grandes empresas, perjudicando a los peruanos que luchan día a día por sacar adelante sus negocios, quitándoles lo poco que pueden recaudar para dárselo al más rico. La corrupción se convirtió en el legado de los gobiernos de turno durante las últimas décadas, que encontraron un negocio redondo al combinar dinero, poder y placer. Colocaron a mujeres en cargos no por mérito, sino por los apetitos sexuales de aquellos que se creen intocables. Intentaron ocultar su podredumbre, incluso acabando con la vida de quienes podrían haber sido piezas clave en una investigación sobre lo que sucedía, y lo que podría seguir ocurriendo en este Congreso, y tal vez en los anteriores.
El fracaso de este gobierno ha dejado sin posibilidades de crecimiento económico, debido a la falta de estabilidad política necesaria para un desarrollo sostenible.
El descaro de una presidenta ineficiente e incapaz, que lee bien los discursos porque ni ella misma se cree tantas mentiras. Se estiró la cara, se cubrió con un Rolex adornado con diamantes y perlas, todo mientras su gobierno se dedicaba a lucrar y hacer negocios con programas que deberían haber beneficiado la alimentación de los niños que esperan con ansias el desayuno del programa Qali Warma. El Una investigación que se debilitará con la muerte del presidente de Figroinca. ¿Realmente fue un suicidio? Mientras tanto, la espera de la nefasta retractación del Congreso sobre la ley de detención preliminar en casos no flagrantes se vuelve aún más sospechosa, ya que la demora fue perfectamente oportuna para terminar con la pieza clave del rompecabezas, quien posiblemente comprometía a los poderes más altos.
En este momento…
Se termina el 2024 de la misma manera que se empezó, injusticia, impunidad, extorsión, delincuencia y sangre. ¿Qué nos espera el 2025? Las cartas ya están echadas y solo ellos saben los tratos y negocios de corrupción que se juegan en esa mesa, donde comparten el mismo interés de tener más poder con actos de corrupción. Politiqueros que nos mostraron que son capaces de mancharse las manos para luego lavárselas con un dinero sucio que no les corresponde. Irónicamente, la vida nos demuestra que derecha, izquierda y centro son la misma porquería.
Sin embargo, incluso en medio de este caos, aún existen quienes no dejan de soñar con un futuro mejor.