Análisis Político
Edwin Martínez Talavera, Congresista No Agrupado, participó en una entrevista en el programa "Conectacte con Mayra Alvarez", donde compartió su perspectiva sobre la situación política del país y opinó sobre la gestión de la presidenta Dina Boluarte.
Prefiero estar solo que mal acompañado", señalo Martínez.
Martínez Talavera, quien representa a la región Arequipa, comenzó la entrevista aclarando su situación dentro del Congreso. Tras renunciar por tercera vez a la bancada de Acción Popular. Al ser consultado sobre las razones de su salida, agregó: "Nunca he presidido una comisión ordinaria especial, se me limitaba el tiempo de participación en los debates", argumentando que su liderazgo y potencial en el Congreso fueron sistemáticamente apagados.
"Esto ya es incapacidad moral. Tenemos una presidenta que moralmente no está preparada para asumir un rol tan importante como es ser presidenta de la República", expresó Martínez.
En cuanto a la gestión de Dina Boluarte, el congresista no dudó en calificar su mandato como un fracaso. Martínez también criticó la falta de preparación de la presidenta, cuestionando sus decisiones como la reciente ausencia por una cirugía estética. Según él, "si no puedo dedicarle el tiempo que debo a la función de presidente para someterme a análisis estéticos, entonces no estoy capacitado para el cargo".
El congresista subrayó que la crisis actual no solo es política, sino también social y económica. Señaló que la falta de valores y la corrupción han permeado todos los niveles del Estado, llevando al país a una situación de desgobierno. "Este gobierno se ha sostenido por el aspecto económico, pero no podemos seguir desorientando la brújula", destacó, haciendo un llamado a la población para que elija líderes capaces y no aquellos con intereses personales o de grupos políticos.
Sobre la posibilidad de una vacancia presidencial, Martínez Talavera afirmó que firmaría la moción debido a que "está siendo manejada por ciertos grupos con ambiciones políticas y económicas". Señaló a Fuerza Popular y Alianza para el Progreso como los principales actores detrás de la política del Ejecutivo, sosteniendo que estos grupos tienen el poder de manipular tanto el Parlamento como el Ejecutivo a su antojo.
Al ser cuestionado sobre su posible postulación a la presidencia, el congresista destacó que si llegara a ocupar el cargo, se comprometería a realizar reformas profundas para mejorar la seguridad ciudadana y la gobernabilidad del país. "Si no recuperamos la seguridad ciudadana, no podremos enrumbar el país en los ejes productivos que necesita", expresó.
Durante la entrevista, Edwin Martínez Talavera defendió al Congreso de la República, resaltando que no es el verdadero problema del país, sino más bien el Ejecutivo, al que criticó duramente. Afirmó que el Congreso ha sido valiente, defendiendo la democracia y devolviendo al país instituciones autónomas como el Tribunal Constitucional y la Sunedu. Resaltó que, el Congreso ha cumplido su rol, incluso soportando ataques de figuras políticas.
En cuanto a las leyes aprobadas, Martínez defendió las iniciativas que buscan fortalecer la seguridad ciudadana. Señalando que estas han sido fundamentales para dotar a la policía de herramientas legales y técnicas para enfrentar la delincuencia.
Sin embargo, su discurso no parece estar completamente alineado con la realidad del país, como lo reflejan los bajos porcentajes de aprobación tanto al gobierno de Dina Boluarte como al Congreso. La desaprobación de la ciudadanía hacia estas instituciones no es un fenómeno aislado, sino una manifestación clara del descontento generalizado por la percepción de que tanto el Ejecutivo como el Legislativo no han respondido adecuadamente a las crisis sociales, políticas y económicas que atraviesa el Perú.
El congresista defendió al Congreso como valiente en la defensa de la democracia, pero no reconoció que gran parte de la población lo percibe como ineficaz, corrupto y desconectado de las necesidades del pueblo. La confrontación política ha prevalecido sobre la colaboración, lo que ha incrementado la desconfianza en las instituciones y afectado áreas críticas como la salud, educación y justicia social. En cuanto a la seguridad, aunque se han aprobado leyes para fortalecer a la policía, la falta de confianza en su efectividad y la corrupción interna siguen siendo problemas, lo que ha generado frustración en la ciudadanía frente a la creciente inseguridad.