Análisis Político
El equipo de Conéctate con Mayra Alvarez visitó la región de Lambayeque, en el distrito de Mórrope, para conocer de cerca el trabajo de la congresista de Acción Popular, Marleny Portero López, quien también preside el Congreso. En una semana de representación marcada por las fechas navideñas, el reportaje nos permitió acompañar a la parlamentaria en sus actividades cotidianas y evidenciar su incansable lucha por los peruanos más olvidados.
En el recorrido, Marleny no fue llamada “congresista” por los pobladores; para ellos, es simplemente “señora Marleny”. Este detalle, pequeño pero significativo, refleja la cercanía y el cariño que la comunidad siente por ella. Una de las historias más conmovedoras del reportaje fue la de María, una mujer con discapacidad física que, a pesar de no tener piernas, ha demostrado una fortaleza y compromiso admirables.
La cruda realidad que enfrentan
El reportaje también expuso las duras condiciones de vida en la región. Familias sin acceso a servicios básicos, niños sin centros de terapia funcionales, y personas con discapacidad excluidas del sistema laboral.
Marleny Portero aprovechó el espacio para destacar algunos de sus logros legislativos, como la Ley 31448, que garantiza terapias físicas y rehabilitación para personas con discapacidad, y el reciente reglamento que asegura la asignación del 1% del presupuesto para este grupo vulnerable.
Sé que mi lucha aún no termina. Mientras tenga amor en mi corazón y el apoyo de personas como María, seguiré adelante, enfrentando cada obstáculo con la misma convicción con la que empecé hace más de 30 años,” señaló la congresista.
Mientras Marleny y muchos otros como ella luchan día a día por llenar los vacíos que deja la indiferencia gubernamental, la presidenta y su gabinete se muestran incapaces de abordar con eficacia las necesidades más urgentes del país. La inoperancia de nuestras autoridades no solo perpetúa las desigualdades, sino que delega en ziudadanos comunes la responsabilidad de resolver problemas que deberían ser prioridad nacional. Servir no es un privilegio, pero tampoco debería ser una carga exclusiva de quienes ya tienen el peso del abandono estatal sobre sus hombros.